El II Diálogo entre representantes de los movimientos indígena y feminista se realizó como parte del proceso Arma tu Convención y se inscribe, esencialmente, en el propósito de ampliar las alianzas hacia otros grupos sociales, afirmó a SEMlac Cecilia Olea, co-coordinadora de la Campaña por la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.
Olea señaló que durante el I Diálogo, que se realizó el año pasado, se estableció un primer contacto en el cual se manifestaron las mutuas percepciones que cada movimiento tenía del otro. "Las hermanas indígenas expusieron los avances y las dificultades para trabajar el tema y acordamos realizar un segundo diálogo", rememoró.
Este año, tras una ceremonia de buenas energías, reflexionaron sobre algunas tensiones entre la visión de derechos desde los movimientos feministas y desde los pueblos indígenas.
"Siento que es uno de los pocos espacios al cual he sido convocada como mujer indígena y, en especial, para hablar sobre los derechos sexuales y reproductivos, declaró a SEMlac Ramona Elizabeth Pérez Romero, integrante del Consejo del Pueblo Mam de Quetzaltenango, de la región occidente de Guatemala.
Aseguró que, durante los tres días que duró el encuentro, descubrió que los problemas que afectan a las mujeres indígenas de Guatemala son similares a los que enfrentan las de otros países.
Al referirse a la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, la líder autóctona Mam explicó que introducir ese tema en su comunidad será todo un reto, porque "sigue siendo un tabú en las comunidades, pero tenemos que analizar cómo romper ese silencio y abordarlo sin ninguna limitante".
Por su parte, Elvira Guillén, representante del pueblo cuna de Panamá, consideró muy interesante este diálogo con feministas y otras líderes indígenas. "Es un asunto muy delicado, conflictivo o difícil de entender. La filosofía de los pueblos indígenas, su espiritualidad o si hablamos de su simbología, son asexuales. Quizás el manejo es diferente", opinó.
Una de las preocupaciones de Guillén es el incremento de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente VIH-sida, en las jóvenes de su comarca, por falta de información o su manejo inadecuado.
"Nos hace falta reflexionar sobre la importancia de retomar nuestra salud, si queremos hablar de equilibrio de nuestras sociedades", puntualizó.
Juana Huaiquilao, del Consejo de Todas las Tierras de Chile, declaró a SEMlac que la Convención interamericana por los derechos sexuales y reproductivos ha sido un tema nuevo para su organización y que es difícil tratarlo en las comunidades.
Explicó que las mujeres mapuche no están acostumbradas a hablar de manera abierta de su sexualidad, pese a que tienen bailes y cantos muy eróticos. "Nosotras, las mujeres, somos muy respetuosas, cuidadosas con nuestro cuerpo, es algo muy íntimo y llegar con algo nuevo es chocante. Pero participamos de este diálogo para hacer alianzas, para conversar sobre qué podemos hacer para revertir la situación", dijo.
En el caso de la comunidad de Tiahuanaco, de La Paz, Bolivia, María Eugenia Choque Quispe, indígena aymara, advirtió que los derechos sexuales y reproductivos no han estado en la agenda de las mujeres indígenas bolivianas.
"Este asunto ha estado manejado por instituciones feministas. Para las organizaciones indígenas, los temas prioritarios, por la coyuntura actual, han sido tierra y territorio, tierras comunitarias, asamblea constituyente. Por esa razón no han sido tratados", afirmó.
Mientras, para Margarita Antonio, del pueblo miskito de Nicaragua, el segundo diálogo entre líderes indígenas y feministas fue un espacio de intercambio, para "presentarnos, reconocernos, poner puntos en común alrededor de los derechos sexuales y reproductivos".
Por su parte, la feminista Leticia Cuevas, de Equidad de género, ciudadanía, trabajo y familia de México, dijo a SEMlac que su balance del segundo diálogo es muy bueno, porque les ha permitido conocer en qué se está trabajando. "Creo que hay más asuntos de confluencia que divergencias", comentó.
"Me ha llamado mucho la atención la similitud que tenemos y eso lo habíamos notado en el trabajo en México. La idea que se tiene de que el movimiento feminista maneja asuntos completamente ajenos a las luchas del movimiento indígena no es del todo cierto. Coincidimos en la lucha por la justicia, en que queremos un bienestar que implica salud, educación, vivienda, trabajo", reveló.
La posible divergencia entre los movimientos feminista e indígena, señaló Cuevas, es que "manejamos los derechos sexuales y reproductivos como derechos individuales, la apropiación del cuerpo, y que somos nosotras las mujeres, en lo individual, quienes decidimos cómo, cuándo, dónde y el ejercicio mismo de nuestra sexualidad".
Mientras el movimiento indígena tiene el derecho colectivo por encima del individual, "quizás es ahí donde tengamos que dialogar un poco más para ver que, en nombre de los derechos colectivos, no se violenten los derechos individuales, o viceversa, que en nombre de los derechos individuales se vulneren los colectivos. Es todo un tema y nos falta debatir un poco más", explicó.
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