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30 jul 2008

En la Mixteca de Oaxaca la migración un problema de Seguridad Nacional

Santiago Juxtlahuaca, Oax., (Huajuapan Hoy).- Por casi medio siglo, la migración ha sido el hecho social más importante en la vida de cientos de pueblos indígenas en las montañas de Oaxaca, uno de los estados más pobres de México. Esto ha significado que las condiciones de vida y los derechos de los migrantes sean una preocupación central para comunidades como Santiago Juxtlahuaca.
Hoy, el derecho a viajar en busca de trabajo es una cuestión de supervivencia, por lo que en Juxtlahuaca, en el corazón de la región Mixteca, dirigentes del FIOB-Frente Oaxaqueño Binacional - hablan sobre otro derecho, el derecho a permanecer en el lugar de origen.
En español, Mixteco y Triqui, la gente repite una frase una y otra vez: el derecho de no migrar. Afirmar este derecho desafía no solo la injusticia y la explotación que enfrentan los migrantes, sino las razones fundamentales por las cuales la gente ha tenido que migrar. Las comunidades indígenas están planteando la necesidad de un cambio social.
De acuerdo con Rufino Domínguez del Frente Indígena Binacional aproximadamente 500, 000 indígenas oaxaqueños viven en Estados Unidos, de los cuales 300, 000 de ellos viven en California. Estos hombres y mujeres vienen de comunidades cuyas economías son totalmente dependientes de la migración, “la habilidad de mandar un hijo o una hija a través de la frontera, para que trabaje en el norte y envíe dinero, hace la diferencia entre comer pollo o comer tortillas con sal”. La migración significa no tener que arar con una yunta de madera detrás de un buey, haciendo surcos en el árido suelo para sembrar un maíz que no puede venderse y que cuesta plantarlo. Significa entonces que los dólares llegan al correo cuando los niños necesitan zapatos para ir a la escuela o cuando los abuelos necesitan un doctor.
Domínguez asegura. “Venimos a EU a trabajar porque en nuestro hogar no logramos obtener un precio rentable para nuestro producto. No hay alternativa.”
Sin un cambio político de gran escala, la mayoría de las comunidades no tendrán acceso a recursos para proyectos productivos y desarrollo económico que les provea de una vida digna. Pueblos como Juxtlahuaca, no tienen ni siquiera una planta de tratamiento de agua. Las comunidades rurales dependen de los ríos para el consumo de agua que también son utilizados para desechar el agua residual.
Por su membresía indígena, el FIOB realiza campañas por los derechos de los migrantes en Estados Unidos, en sus comunidades de origen. El FIOB, pide una amnistía y la legalización de los migrantes indocumentados, asimismo, el FIOB ha condenado las propuestas para un programa de trabajadores temporales. Los migrantes necesitan el derecho al trabajo, pero “estos trabajadores no tienen derechos laborales o beneficios sociales,” Domínguez refiere. “Es como esclavismo”.
Al mismo tiempo, “necesitamos desarrollo para hacer de la migración una elección mas que una necesidad- el derecho a no migrar”, explica Gaspar Rivera-Salgado, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles. “Ambos derechos son parte de la misma solución. Tenemos que cambiar el debate y pasar de una visión que presenta a la migración como un problema, a un debate sobre los derechos de los migrantes. El problema real es la explotación.” Pero el derecho a permanecer en casa, de no tener que migrar, tiene que significar más que el derecho a permanecer pobre y sin casa. Decidir entre permanecer en el lugar de origen o partir, sólo tiene sentido si cada elección puede proveer de un buen futuro.
En Juxtlahuaca, Gaspar Rivera-Salgado, recién elegido como el nuevo coordinador binacional del FIOB, comenta que su padre y su madre aún viven en un rancho a media hora sobre un polvoso camino de la autopista principal, en el pequeño pueblo de Santa Cruz Rancho Viejo. Ahí su padre Sidronio, plantó hace unos cuantos años trescientos árboles de aguacate, con la esperanza de que algún día su fruto tomara el lugar del maíz y los frijoles que alguna vez fueron el producto de su cosecha. Él es afortunado, pues sus familiares tienen agua, y un canal de riego que corre desde el ojo de agua, manteniendo sus árboles y sus esperanzas con vida. Fernando, hermano de Gaspar, ha comenzado a cosechar champiñones en un proyecto patrocinado por el FIOB, e incluso ha construido un invernadero para sembrar jitomates. Ellos esperan que estos proyectos produzcan suficiente dinero para que Fernando no tenga que regresar a Seattle, donde trabajó por siete años.
Tal vez esta familia este cerca de lograr el derecho a no migrar. Para millones de campesinos indígenas, no migrar significa hacer algo parecido a eso. Pero encontrar los recursos necesarios, inclusive para un pequeño número de familias y comunidades, es para el FIOB el principal reto.
De acuerdo con Gaspar Rivera-Salgado, “encontraremos la respuesta a la migración en nuestras comunidades de origen. Para hacer del derecho a no migrar algo concreto, necesitamos organizar la fuerza que tenemos en nuestras comunidades y combinarla con los recursos y la experiencia que hemos acumulado en 16 años de organización en ambos lados de la frontera.” Fernando, el constructor del invernadero y cultivador de champiñones, está de acuerdo en que, el FIOB tiene la habilidad de organizar a la gente. “Pero ahora debemos dar el siguiente paso y realizar cambios concretos en la vida de la gente.”
Sin embargo, organizar los apoyos de base del FIOB en Oaxaca, significa más que hacer discursos. Como Fernando Rivera señala, las comunidades quieren proyectos que les ayuden a elevar sus ingresos. A lo largo de los años, el FIOB ha organizado a las tejedoras en Juxtlahuaca, y les ha ayudado a vender textiles y prendas de vestir a través de sus organizaciones en California. Creó un sindicato de taxis rurales para ayudar a las familias a viajar de Juxtlahuaca a los pequeños pueblos de los alrededores, como para proveer de trabajo a los conductores. A través de préstamos, ha abierto cooperativas de artesanos que fabrican productos tradicionales.
El gobierno cuenta con un fondo para iniciar proyectos similares, pero generalmente el dinero va a parar a los funcionarios que se lo embolsan y que apoyan al Partido Revolucionario Institucional, por lo que no de los objetivos que debate el FIOB, es organizar a la comunidad para obtener algunos de estos recursos. Sin embargo, afirman que cualquier subsidio del gobierno es visto con suspicacia por los activistas, quienes saben de las condiciones ligadas a esos recursos económicos.
Otra preocupación, es el efecto del financiamiento en las propias comunidades. “El uso de regalos o favores gubernamentales para comprar votos es parte de nuestra cultura política,” explica Gaspar Rivera-Salgado. “La gente quiere regalos y piensa que una organización es fuerte por los regalos que puede dar. Pero ahora la gente está demandando estos resultados del FIOB, ¿así que les ayudamos o no? Y si lo hacemos, ¿cómo podemos cambiar la forma de pensar de la gente? Es crucial que nuestros miembros vean que la respuesta a nuestros problemas no son los regalos del gobierno o de un partido político, sino la organización. Los miembros del FIOB necesitan educación política.”
Gaspar Rivera-Salgado cree que “en México estamos muy cerca de obtener el poder en nuestras comunidades en el nivel local y estatal.” Para ello señala como ejemplo, la elección de Juan Romualdo Gutiérrez como diputado estatal y posteriormente como alcalde de su natal San Miguel Tlacotepec. Asimismo, otros presidentes municipales aliados con el FIOB, han ganado puestos de elección popular, y algunos activistas ya comienzan a planear una campaña para elegir un diputado federal del FIOB.
El FIOB considera continuar su alianza con el PRD, sin embargo esta alianza es controversial en parte debido al desorden interno en el partido. Rivera Salgado, dice “Sabemos que el PRD se encuentra en una crisis interna y no hay una alternativa real dentro de la izquierda, sin embargo no hay otras opciones si queremos participar en la política electoral. Por lo tanto estamos intentando plantear propuestas positivas. Le estamos pidiendo a la gente del PRD que detenga su confrontación sobre posiciones y en cambio utilice los recursos del partido para organizar a la comunidad. No podemos cambiar las cosas por nosotros mismos. Primero, tenemos que organizar a nuestra propia base, pero entonces, tenemos que encontrar aliados estratégicos.
“La migración es parte de la globalización,” enfatiza, “un aspecto de las políticas del estado que expulsa a la gente. Crear una alternativa a eso, requiere de poder político. No hay forma de evitarlo.” (http://www.mixtecahoy.com/mixtecahoy/nota.jsp?nota=472&seccion=5)

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