La marcha, que convocó a unas cinco mil personas, comenzó en El Obelisco, zona 13, y concluyó en la Plaza Mayor, zona 1.
Los manifestantes corearon lemas contra la opresión y en defensa de la madre tierra; condenaron a gritos la minería a cielo abierto, por considerar que daña a las comunidades y el ambiente, así como la construcción de hidroeléctricas.
Los activistas rechazaron el neoliberalismo y los tratados de libre comercio porque, dijeron, afectan a los pueblos.
La Coordinadora Nacional Indígena y Campesina manifestó su solidaridad con los vecinos de San Juan Sacatepéquez, que están en desacuerdo con el incremento del Ejército y agentes de la Policía Nacional Civil, y por la instalación de una empresa cementera.
La Unión de Trabajadores del Campo, de México, lanzó sus protestas en contra de la petrolera Pemex. “Nos está afectando en la comunidad”, explicó Ester Martínez, dirigente mexicana.
También acudió un grupo de monjas, quienes únicamente pedían por la paz.
Agonía del capitalismo
Con esta marcha también concluyó el III Foro Social de las Américas, que se efectuó en la Universidad de San Carlos, zona 12, y que reunió a participantes latinoamericanos.
Entre las conclusiones de ese encuentro está su lucha contra las políticas neoliberales en el continente y la afirmación de que se vive “la agonía del sistema capitalista”, con la actual crisis financiera mundial.
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